El precio de la vivienda es una de las cosas que se ha mantenido en crecimiento más estable, pese a todas las crisis de los últimos años. Ni el coronavirus, ni la crisis económica, ni la guerra en Ucrania han conseguido romper esta tendencia.
Analizando su evolución, nadie esperaba que tras la pandemia se despertara un interés tan grande en comprar casas. Así, tras el confinamiento, el mercado inmobiliario recuperó pronto ese parón llegando a sus mejores meses, en abril del 2021, cuando la recuperación se tradujo en un boom. Esta inercia se ha mantenido hasta el primer trimestre del 2022 con cierta incertidumbre por parte de los compradores con lo que pueda pasar tras la invasión de Ucrania y la alta tasa de inflación.
Así, según los expertos inmobiliarios, si la guerra no se alarga y los tipos de interés no sufren grandes variaciones, el segundo semestre del 2022 seguirá siendo un magnífico año para el sector inmobiliario. De esta manera, el boom de la vivienda seguiría sin tocar techo y se prolongaría al menos durante todo el 2022, teniendo en cuenta que el año pasado tanto las compraventas como la concesión de hipotecas recuperaron niveles históricos.
Respecto al precio de la vivienda se está produciendo una cierta estabilización frente a las subidas del 2021. Aunque, en el acumulado a cierre del 2021 las viviendas de segunda mano se encarecieron un 6,4% según el INE los últimos datos indican un moderado cambio de tendencia hacia la estabilización, lo cual unido a las favorables condiciones de financiación de los bancos haga que sea un momento favorable para comprar.
Sin embargo, el comportamiento del precio de la vivienda será diferente en función del tipo de vivienda y ubicación. En el caso de la obra nueva, éstas están sufriendo los graves problemas del sector de la construcción derivados de la escasez de suelo, encarecimiento de la materia prima por falta de suministro y todo ello unido a un incremento sustancial de la demanda.
Igualmente, la subida de precios resulta más moderada y desigual según los territorios. Así salvo las grandes urbes, la previsión es que los precios tiendan a la estabilización. Nada tiene que ver lo que ocurre en Madrid o San Sebastián con lo que ocurre, por ejemplo, en Teruel o Zaragoza.
Por tanto, teniendo en cuenta que en los dos últimos años ha habido un aumento en las compras de vivienda, pero la oferta no ha aumentado demasiado, eso ha propiciado el encarecimiento. Para ejemplificarlo, basta con decir que a final de 2021 comprar un piso era, de media, un 6,4% más caro que a final de 2020.
A pesar de este aumento de precios y de demanda, la buena noticia es que los precios siguen siendo razonables y una compra cuenta con perspectivas de revalorización más fácil que en otros momentos.
Para ponerlo en números, la media del precio por metro cuadrado está en 1.645€ al final del primer trimestre de 2022 (según informe de TINSA), una cifra que queda todavía lejos del máximo histórico de 2.147€ que se alcanzó en 2008, antes de la crisis inmobiliaria.
En este sentido, estamos en un buen momento ya que los tipos de interés son más bajos, es decir, las hipotecas salen más baratas que hace unos años. Este factor, combinado con un precio de la vivienda moderado, hacen que este sea un buen momento para plantearse una compra.
Además, hay que decir que estamos en un momento de inflexión debido a la posible subida de los tipos de interés, tal y como ha anticipado recientemente el Banco Central Europeo. Si se produce esta subida, las hipotecas se encarecerían y ya estaríamos en un momento en el que financiar una compra de vivienda saldría más caro. Muchos piensan que hay que aprovechar mientras no sea así.
Así pues, las condiciones económicas y sociales actuales siguen conduciendo a los ahorradores hacia el sector inmobiliario. Además, frente a la inflación y a la incertidumbre provocadas por la guerra en Ucrania, esto es más cierto que nunca.
Con todo, podemos decir que estamos en un buen momento para comprar vivienda. Si eres de los que se lo estaba pensando y no se decidía, este es el momento en el que podrás conseguir unos precios razonables, y además unas buenas condiciones de financiación, que, por otro lado, puede que no duren demasiado.